Durante siete años no pude dar un paso. Día y noche
caminaba con mis muletas... casi arrastrándome por el lodo de los mil caminos
de la tierra.
Fui al gran médico y le conté mi caso.
- « ¿Por qué llevas muletas?», me preguntó.
- - «Porque estoy tullido», le respondí.
- «No es extraño, me dijo el gran médico, prueba a
caminar sin muletas. Son esos trastos los que te impiden caminar. Deja esas
muletas aunque tengas que caminar a cuatro patas». Y antes de que pudiera reaccionar,
el gran médico, riendo como un monstruo, arrancó las muletas de mis manos, y
las rompió en mis espaldas. Y sin dejar de reír las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Camino con normalidad. Me curó
una carcajada y una voz que me dijo que tenía que romper mis muletas. Es verdad
que tan sólo a veces, cuando veo en mi camino palos o algo que se asemeje a mis
muletas, camino peor durante unas horas. Pero estoy contento a pesar de todo:
he aprendido que en la vida lo importante es romper tus muletas y ayudar a que
otros también rompan las suyas
(Sobre un poema de B.
Brecht)
CONCLUSIÓN: muchas veces llevamos nuestros problemas por mucho tiempo
sin resolver, es importante romper nuestros miedos, dejar nuestro
pasado que nos apena y mirar un futuro diferente.
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